Las Navidades están aquí ya, y con ellas, las cenas, comidas, cafés, y juntas con las familia y amigos, lo que conlleva a comer en exceso y olvidarnos de nuestra rutina diaria, cambiándola por fiestas y más fiestas.
Nuestro cuerpo puede sufrir una pequeña transformación si lo sobrepasamos en la mesa y fiestas y por ello os invito, no a que comáis menos, sino a intercalar esos díos repletos de comida y bebida por aquellos más ligeros y saludables.
Os propongo que al día siguiente de la comida de familia os paséis el día comiendo sólo pollo a la plancha y piña, no hay medida exacta, a cada uno/a lo que le apetezca y además acompañarlo de mucho líquido, ya sean infusiones o agua clara. Con ello lograremos depurar y limpiar nuestro cuerpo a la vez que preparalo para otro día de fiesta sin tanta culpabilidad y castigo para nuestro cuerpo.
¡FELIZ NAVIDAD!
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